A los creyentes: Dios quitó nuestros pecados al redimirnos, no nuestro cerebro; todavía lo podemos usar. - por el Dr. Pablo Polischuk


Estamos viviendo tiempos de ansiedad e incertidumbre, obligados a realizar cambios en nuestros planes, nuestras agendas y el cumplimiento de nuestras tareas para lograr ajustarnos a las exigencies y demandas suscitadas por las contingencias pandémicas perturbadoras. Es imperativo recordar que Dios reina y que lo hace desde su trono, y soberanamente nos ama y tiene nuestras vidas en sus manos. Debemos balancear nuestra fe, confianza y esperanza en su presencia y poder con nuestra razón, nuestras decisiones, y acciones sabias. Tenemos antecedents que pueden encomiar nuestros esfiuerzos en permanecer en paz, ejercitar la fe, la paciencia y la longanimidad, actuando sobria y conscientemente al afrontar nuestro desafío actual.

Martin Lutero, durante la plaga que azotó a Wittenberg en 1527, recomendó practicar la distancia social. Su consejo fué (traducido al castellano, parafraseado):
“Rogaré a Dios que nos proteja con su misericordia. Luego, fumigaré y ayudaré a purificar el ambiente; recurriré a la medicina y la tomaré. Evitaré lugares y personas cuando mi presencia no sea necesaria a fin de no ser contaminado ni tamopco por casualidad infectar inadvertidamente a otras personas, causando su muerte como resultado de mi negligencia. Si Dios en su voluntad dispone llevarme a su presencia, seguramente que me encontrará dondequiera que esté, ocupado en lo que haga, y yo habré hecho lo que El ha esperado de mí, de tal manera que yo no seré responsable por mi propia muerte ni por la muerte de otras personas. Sin embargo, si mi prójimo me necesitare, no evitaré lugares ni personas sino que iré y lo ayudaré libremente como ya lo he expresado. Consideremos que esta clase de fe, animada del temor a Dios, debe ser ejercitada porque no es impetuosa ni incauta, y tampoco tienta a Dios”.
Juan Wesley, el fundador del Metodismo, también nos ha dejado su consejo cuadrilateral para que podamos enfrentar las encrucijadas de la vida: Recomendó que seamos guiados por el Espíritu Santo, las Escrituras, el caudal de la tradición de la iglesia cristiana, y el sentido común –la sabiduría puesta en práctica.

©Ftiba

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